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Salud

¿Por qué deberías cambiar tu cepillo de dientes después de una enfermedad?

Cuando nos recuperamos de una enfermedad, sea un resfriado común, la gripe o incluso el COVID-19, es natural preguntarnos si debemos cambiar nuestro cepillo de dientes. La respuesta corta es sí, es altamente recomendable reemplazar el cepillo de dientes después de haber estado enfermo.

La importancia de cambiar el cepillo de dientes después de una enfermedad

Nuestro cepillo de dientes es un aliado fundamental para mantener una buena higiene bucal, pero también puede convertirse en un foco de infección si no se maneja adecuadamente. Cuando estamos enfermos, los patógenos que causan la enfermedad, ya sean virus o bacterias, pueden quedar atrapados en las cerdas de nuestro cepillo y permanecer allí durante días o incluso semanas. Esto aumenta significativamente el riesgo de reinfección o de transmitir la enfermedad a otras personas que compartan el baño con nosotros.

Enfermedades bacterianas versus enfermedades virales

La necesidad de cambiar el cepillo de dientes después de una enfermedad depende en gran medida del tipo de infección que hayamos padecido. En el caso de las enfermedades bacterianas, como la faringitis estreptocócica, la tos ferina o las infecciones del tracto urinario, es imprescindible reemplazar el cepillo de dientes de inmediato. Esto se debe a que las bacterias pueden adherirse fácilmente a las cerdas y sobrevivir allí, incluso después de que hayamos superado la infección. Si no cambiamos el cepillo, corremos el riesgo de volver a infectarnos.

Por otro lado, en el caso de las enfermedades virales, como el resfriado común o el herpes labial, no es tan urgente cambiar el cepillo de dientes. Esto se debe a que nuestro sistema inmunitario es capaz de generar anticuerpos que neutralizan y eliminan los virus, lo que reduce significativamente el riesgo de reinfección a través del cepillo. Sin embargo, los expertos aún recomiendan sustituir el cepillo después de la recuperación, especialmente en el caso del COVID-19, para evitar la transmisión indirecta del virus.

¿Cuándo cambiar el cepillo de dientes después de una enfermedad?

La Asociación Dental Americana (ADA) recomienda cambiar el cepillo de dientes cada 3 meses, independientemente de si hemos estado enfermos o no. Sin embargo, en caso de una enfermedad, el momento adecuado para el cambio puede variar:

Enfermedades bacterianas: debes cambiar el cepillo de dientes inmediatamente después de haber superado la infección.

Enfermedades virales: aunque no es estrictamente necesario, se recomienda cambiar el cepillo de dientes después de la recuperación, especialmente en el caso del COVID-19.

Es importante tener en cuenta que estas recomendaciones pueden variar según la gravedad de la enfermedad y las indicaciones de tu profesional de la salud.

¿Cómo elegir un nuevo cepillo de dientes?

Al momento de elegir un nuevo cepillo de dientes, es importante considerar algunos factores:

Tamaño y forma: el cepillo debe adaptarse cómodamente a tu boca y permitir un cepillado eficaz.

Dureza de las cerdas: opta por cerdas suaves o medias para evitar daños en las encías.

Tecnología: los cepillos eléctricos sónicos pueden ser una excelente opción, ya que ofrecen una limpieza más profunda y efectiva.

Además, asegúrate de elegir un cepillo que cumpla con los estándares de calidad y seguridad establecidos por organismos como la ADA.

¿Cómo mantener la higiene de tu cepillo de dientes?

Independientemente de si has estado enfermo o no, es crucial mantener una adecuada higiene de tu cepillo de dientes. Algunas recomendaciones clave son:

Lavar el cepillo antes y después de cada uso: enjuágalo con agua corriente para eliminar restos de pasta de dientes y bacterias.

Secar el cepillo al aire libre: evita guardarlo en un lugar cerrado y húmedo, ya que esto puede propiciar el crecimiento de microorganismos.

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Evitar compartir el cepillo: nunca compartas tu cepillo de dientes con otras personas, incluyendo miembros de tu familia.

Utilizar un estuche o capuchón solo cuando sea necesario: estos accesorios pueden favorecer la acumulación de humedad y bacterias.

Cambiar el cepillo cada 3-4 meses: reemplaza tu cepillo de dientes regularmente, incluso si no has estado enfermo, ya que las cerdas se desgastan con el uso.

Foto Freepik

Desinfección adicional del cepillo de dientes

Si has padecido una enfermedad bacteriana, puedes tomar medidas adicionales para desinfectar tu cepillo de dientes y reducir aún más el riesgo de reinfección. Algunas opciones incluyen:

Sumergir el cepillo en enjuague bucal con clorhexidina: este método ha demostrado ser eficaz para eliminar gérmenes patógenos.

Utilizar un dispositivo de desinfección uv: estos aparatos usan luz ultravioleta para matar bacterias y virus presentes en el cepillo.

Es importante seguir las instrucciones del fabricante y asegurarte de que el cepillo esté completamente seco antes de volver a utilizarlo.

Beneficios de cambiar el cepillo de dientes después de una enfermedad

Además de prevenir la reinfección y la transmisión de enfermedades, cambiar el cepillo de dientes después de estar enfermo también ofrece otros beneficios:

Mejora la higiene bucal: un cepillo nuevo y en buen estado es más eficaz para eliminar la placa bacteriana y mantener una sonrisa saludable.

Previene problemas dentales: al evitar la reinfección, disminuyes el riesgo de desarrollar problemas como caries o gingivitis.

Brinda una sensación de frescura: usar un cepillo de dientes nuevo te hará sentir más limpio y revitalizado.

Consideraciones especiales para usuarios de cepillos eléctricos

Si eres usuario de un cepillo de dientes eléctrico, debes prestar especial atención a la higiene de tu dispositivo después de una enfermedad. Además de cambiar el cabezal del cepillo, es importante:

Desinfectar el mango del cepillo: utiliza soluciones desinfectantes o pasa el mango por luz UV para eliminar cualquier rastro de patógenos.

Mantener el cepillo seco: asegúrate de que el cepillo esté completamente seco antes de guardarlo para evitar la proliferación de bacterias.

Reemplazar el cabezal con regularidad: sigue las recomendaciones del fabricante y cambia el cabezal cada 3-4 meses, incluso si no has estado enfermo.

Visita al dentista después de la enfermedad

Después de recuperarte de una enfermedad, es fundamental que acudas a una consulta dental. Tu profesional de la salud bucal podrá:

Evaluar el estado de tu salud oral: identificar posibles problemas o secuelas de la enfermedad.

Brindar recomendaciones personalizadas: orientarte sobre los cuidados específicos que necesitas.

Realizar un tratamiento de limpieza profunda: eliminar cualquier acumulación de placa o sarro.

Esta visita es crucial para prevenir complicaciones y asegurar una recuperación completa de tu salud bucodental.

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Dany Levito

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