¿Por qué meter una lata de conserva abierta en la nevera no es la mejor opción?
Las latas de conserva se han convertido en un elemento indispensable en muchos hogares, proporcionando una forma práctica y económica de almacenar alimentos con una larga vida útil. Sin embargo, una práctica común que muchas personas llevan a cabo es guardar las latas abiertas dentro de la nevera, creyendo que esto ayudará a preservar su frescura. Lamentablemente, esta costumbre no está respaldada por los expertos en seguridad alimentaria, quienes advierten sobre los riesgos que conlleva.
Los peligros de dejar una lata abierta en la nevera
Cuando se abre una lata de conserva, el delicado equilibrio que se ha creado durante el proceso de fabricación se ve alterado. Las latas son envases herméticos, sellados al vacío y sometidos a un tratamiento térmico que elimina cualquier rastro de microorganismos perjudiciales. Sin embargo, una vez que se rompe este sello, el alimento queda expuesto al aire y a posibles contaminantes.
Lixiviación de metales
Uno de los principales problemas que pueden surgir al dejar una lata abierta en la nevera es la lixiviación de metales en el contenido. Las latas suelen estar fabricadas con aluminio o acero laminado, y con el tiempo, una pequeña cantidad de estos metales puede transferirse al alimento, especialmente si este es ácido, como la salsa de tomate o el jugo de piña. Esto puede dar al alimento un sabor metálico desagradable.
Además, la combinación de acidez y oxígeno puede generar una reacción que recubre la lata con un material gris-negro, el cual también puede desprenderse y contaminar el alimento.
Pérdida de propiedades nutricionales
Otra consecuencia de dejar una lata abierta en la nevera es la pérdida de propiedades nutricionales del alimento. Al estar expuesto al aire, el contenido puede secarse y absorber otros sabores, lo que no solo afecta a su aspecto y textura, sino también a su valor nutritivo.
Crecimiento de microorganismos
Quizás el mayor peligro de guardar una lata abierta en el refrigerador es el crecimiento de microorganismos perjudiciales, como bacterias y hongos. Cuando una lata se abre, se pierde el vacío y la esterilización a la que ha sido sometida durante su fabricación, lo que permite la proliferación de estos agentes contaminantes.
Uno de los mayores riesgos es la presencia de la bacteria Clostridium botulinum, cuyas toxinas pueden causar el botulismo, una enfermedad grave y potencialmente mortal si no se trata a tiempo.
Recomendaciones de los expertos
Ante estos riesgos, los expertos en seguridad alimentaria coinciden en que la mejor opción es no dejar las latas abiertas en la nevera. En su lugar, recomiendan transferir el contenido sobrante a un recipiente adecuado, preferiblemente de vidrio o plástico con tapa hermética.
Tiempo de conservación de latas abiertas
Según los especialistas, una vez abierta una lata, el contenido solo debe conservarse en la nevera durante un máximo de 2 a 4 días. Pasado este tiempo, se debe desechar, ya que el riesgo de contaminación se incrementa significativamente.
Si se prevé consumir el alimento en las siguientes horas, se puede cubrir la lata con papel transparente, aunque este no garantiza una protección total.
Transferir el contenido a un recipiente adecuado
La mejor opción es transferir el contenido de la lata a un recipiente de vidrio o plástico con tapa hermética. De esta manera, se evita la exposición al oxígeno y se previene la lixiviación de metales, la pérdida de propiedades nutricionales y la proliferación de microorganismos.
Además, al conservar el alimento en su propio jugo o líquido de conserva, se mantienen mejor sus cualidades organolépticas.
Ventajas de las latas de conserva
A pesar de los riesgos mencionados, las latas de conserva siguen siendo una opción práctica y económica para almacenar alimentos. Algunas de sus principales ventajas son:
Larga vida útil
Las latas cerradas pueden conservarse durante meses o incluso años a temperatura ambiente, siempre que se mantengan alejadas de fuentes de calor y luz solar.
Protección contra agentes externos
Los envases metálicos proporcionan una barrera efectiva contra la entrada de aire, humedad, luz y otros agentes que podrían deteriorar los alimentos.
Facilidad de almacenamiento
Las latas ocupan poco espacio y pueden apilarse fácilmente, lo que las convierte en una opción ideal para mantener una reserva de alimentos no perecederos.
Valor nutricional
Gracias al proceso de envasado y esterilización, los alimentos enlatados conservan gran parte de sus nutrientes y propiedades saludables.
¿Cómo almacenar correctamente las latas abiertas?
Para aprovechar al máximo los beneficios de las latas de conserva y evitar los riesgos asociados a su almacenamiento inadecuado, es importante seguir algunas pautas:
Conservar el líquido de conserva
Es recomendable mantener el alimento en su propio jugo o líquido de conserva al transferirlo a un nuevo recipiente. Esto ayudará a preservar mejor sus propiedades.
Consumir en un plazo máximo de 2-4 días
Una vez abierta la lata, se debe consumir el contenido en un plazo máximo de 2 a 4 días, almacenándolo en la nevera a una temperatura adecuada.
Evitar la exposición al aire
Si no se puede transferir el contenido a otro recipiente, se puede cubrir la lata abierta con papel transparente, aunque esto no garantiza una protección total.