Presencia de mucosidad en las heces: esto es lo que debes saber
El cuerpo tiene muchas maneras de avisar que es necesaria una visita al médico, y es importante no dejar pasar esas señales
Cuando se presenta mucosidad en las heces lo mejor es acudir al médico, sobre si esta cambia de flujo pasando de una cantidad pequeña a una presencia mucho mayor, ya que este síntoma puede ser clave para diagnosticar alguna afección que deba tratarse y controlarse.
Por lo tanto, generalmente no deberíamos preocuparnos si notamos heces con una pequeña cantidad de moco, pero lo que sí debemos hacer es vigilar con cuidado la situación cuando la mucosidad sea abundante. En este caso también se habla de mucorrea.
Mucosidad en las heces y otros síntomas relacionados.
Ya hemos dicho que es completamente normal encontrar un poco de mucosidad en las heces. En la mayoría de los casos llegamos a notar una mucosidad blanca después de una deposición, pero no es frecuente que sea visible a simple vista.
En aquellas situaciones donde la mucosidad del ano es abundante y visible, puede tratarse de afecciones médicas como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Chron o la colitis ulcerosa. Sin embargo, además de la mucosidad anal abundante, se deben tener en cuenta algunos otros síntomas para poder llegar al diagnóstico correcto:
- Presencia de sangre.
- Dolor frecuente en el estómago.
- Calambres estomacales repentinos.
- Hinchazón abdominal.
- Cambios en el funcionamiento intestinal.
Si estos síntomas han estado presentes durante mucho tiempo y se combinan con la mucorrea, lo mejor es acudir con un médico para un examen especializado.
¿Cuáles son las causas de la mucorrea?
Entre las causas de la mucorrea ya hemos visto al síndrome del intestino irritable, la rectocolitis ulcerosa y la enfermedad de chron. Pero, también es posible que nos encontremos con otros desencadenantes para que se dé una mucosidad abundante en las heces. Por ejemplo, proctitis, una inflamación intestinal, celiaquía u otros tipos de intolerancia alimentaria.
Además, es importante recordar que la presencia de mucosidad fibrosa en las heces no es el único síntoma que podemos experimentar en las afecciones ya mencionadas. Dependiendo del caso, también podemos pasar por otros malestares como hinchazón, dolor de estómago, sangre en las heces, vómitos y eructos.
¿Cómo se diagnostica la mucorrea?
Tomar una muestra de heces suele ser la primera recomendación del médico para determinar qué es lo que puede estar sucediendo. El procedimiento es sencillo y no invasivo, y el profesional sanitario será el encargado de dar todas las instrucciones para tomar la muestra. Las indicaciones clásicas suelen ser:
- Uso de un recipiente estéril.
- Estar en ayuno.
- Conservar la muestra en un frigorífico en caso de que no se pueda entregar rápidamente.
Una vez entregada la muestra, esta se analiza en el laboratorio, y una vez obtenida la respuesta del análisis, es posible que el médico pida exámenes más exhaustivos. Algunos son:
- Análisis de sangre.
- Endoscopia.
- Colonoscopia.
- Anoscopia.
- Ecografía.
¿Cuándo es momento de contactar con el médico?
- Cuando tenemos poca materia blanca en las heces, no hace falta preocuparse.
- Acude con tu médico cuando haya presencia de heces abundantemente cubiertas de moco y cuando junto con la mucosa también notemos cambios importantes en lo que defecas.
También es una buena idea ir con el médico si, además de heces blancas, experimentamos:
- Diarrea continua.
- Cansancio.
- Sangre en las heces.
- Pérdida de peso.
- Vómitos.
¿Cuál es el tratamiento para la mucorrea?
No existe un único tratamiento para regular la mucosidad en las heces, ya que este depende de los resultados que se hayan obtenido en las pruebas diagnósticas y los análisis, ya que en ocasiones, la presencia de filamentos mucosos en las heces se debe simplemente a una dieta incorrecta.
En caso de que el diagnóstico sea un problema como la enfermedad de Chron o el síndrome del intestino irritable, el tratamiento requiere de medicación y cambios sustanciales en el estilo de vida, dado que estas son afecciones de larga duración que requieren de un tratamiento específico.