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Estilo de vida

¿Qué puede hacer realmente una persona somnámbula durante la noche?

Para muchos, la idea de alguien moviéndose o realizando actividades mientras está dormido parece sacada de una película, pero es sorprendentemente real. Aunque se asocia comúnmente con gestos simples como caminar, los episodios de sonambulismo pueden incluir acciones mucho más complejas e inesperadas. Pero, ¿qué tan lejos puede llegar alguien en este estado?

El sonambulismo es un tipo de parasomnia, un trastorno que ocurre durante las etapas del sueño profundo. La persona se encuentra en un estado parcial entre el sueño y la vigilia, lo que le permite realizar acciones físicas o motoras aunque no esté realmente consciente. Lo más interesante es que, al despertar, no tendrá recuerdo alguno de lo que ocurrió.

Este fenómeno es común en niños, especialmente en edades cercanas a los 8 años, y tiende a reducirse con el tiempo. No obstante, un pequeño porcentaje de adultos sigue experimentándolo, lo que lo convierte en un tema objeto de estudio constante.

¿Qué puede hacer un sonámbulo?

Aunque la mayoría de las personas relaciona el sonambulismo con caminar, los episodios pueden ser mucho más variados y potencialmente peligrosos. Entre las actividades más frecuentes se encuentran: hablar o murmurar palabras incomprensibles, abrir puertas o ventanas y moverse por la casa y, en algunos casos, intentar usar electrodomésticos.

Sin embargo, en episodios más complejos, un somnámbulo puede ejecutar acciones insospechadas como conducir un vehículo, lo cual representa un riesgo significativo tanto para ellos como para otras personas. Incluso podrían exponerse al peligro al acercarse a ventanas o manipular objetos afilados. Por más sorprendente que esto suene, son actividades documentadas en casos clínicos.

Factores que desencadenan el sonambulismo

El sonambulismo no ocurre sin motivo. Hay ciertos factores que pueden desencadenar o aumentar la probabilidad de un episodio:

  • Estrés y ansiedad: una carga mental elevada puede alterar el sueño.
  • Falta de sueño: el insomnio o horarios irregulares empeoran la calidad del descanso.
  • Consumo de alcohol u otras sustancias: estas interfieren con las fases normales del sueño.
  • Factores genéticos: Si un familiar cercano lo sufre, el riesgo se incrementa.

Estas situaciones activan respuestas motoras del cerebro mientras aún está parcialmente dormido, causando estos comportamientos inesperados.

Foto Freepik

El peligro real del sonambulismo

Aunque a simple vista parezca inofensivo, el sonambulismo puede volverse peligroso en situaciones equivocadas, debido a que una persona somnambula podría tropezar, caerse por las escaleras o incluso salir de casa sin darse cuenta. Las estadísticas también han reportado casos extremos, como manejar vehículos o acercarse a grandes alturas, lo que podría resultar en accidentes graves.

Si un adulto somnambuliza con frecuencia y realiza actividades de alto riesgo, es crucial tomar medidas preventivas, ya que su entorno puede ser determinante para evitar tragedias.

Cómo proteger a un somnámbulo

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Si tienes un ser querido que experimenta este trastorno, hay medidas que puedes tomar para garantizar su seguridad:

  • Cierra puertas y ventanas: evita que la persona pueda salir o acercarse a lugares peligrosos.
  • Aleja objetos afilados o peligrosos: asegúrate de que no haya herramientas, cuchillos ni objetos similares al alcance.
  • Usa camas bajas: esto reducirá el riesgo de lesiones en caso de caídas.
  • Crea un ambiente seguro: haz ajustes para que, incluso si se mueve, no pueda lastimarse.

Además, un horario constante para dormir y despertar ayudará a estabilizar el ciclo de sueño.

Tratamiento y soluciones

Los especialistas en sueño, como neurólogos y psicólogos, pueden llevar a cabo estudios en laboratorios del sueño para evaluar el problema a fondo. Entre los abordajes disponibles, encontramos:

  • Despertar programado: En los casos de niños, funciona interrumpir el sueño pocos minutos antes de que usualmente ocurre el episodio.
  • Relajación y técnicas de meditación: Reducir el estrés ayuda a minimizar los episodios.
  • Terapias alternativas: Algunas personas han respondido bien a sesiones de hipnosis.
  • Medicamentos: En casos extremos, se pueden considerar benzodiacepinas o antidepresivos, aunque sólo por periodos cortos y con estricta supervisión médica.

Si tienes un familiar o amigo que lo vive, recuerda siempre priorizar su seguridad y bienestar. Al final del día, un buen descanso es clave, tanto para la mente como para el cuerpo.

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Veronica Pereira

Veronica siempre ha tenido una pasión por la escritura desde su infancia; hija del padre de un médico y madre naturópata, siempre ha estado inmersa en remedios naturales; se ha convertido en correctora/editora de libros de medicina y escritora independiente para blogs que tratan sobre medicina en general o sobre prevención en particular.

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