Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha sido condenado a 18 meses de multa por un delito de agresión sexual. Este caso, que ha captado la atención mundial, surgió tras el beso no consensuado que Rubiales dio a la futbolista Jenni Hermoso durante la ceremonia de entrega de medallas de la Copa Mundial Femenina en 2023.
El fallo de la Audiencia Nacional también incluye una orden de alejamiento de un año, que prohíbe a Rubiales acercarse a Hermoso o comunicarse con ella. Sin embargo, fue absuelto de los cargos de coacciones, que también habían llamado mucho la atención en este caso.
Un resultado inesperado para muchos
La Fiscalía había solicitado inicialmente una pena de dos años y medio de prisión, argumentando que el beso fue una agresión sexual sin consentimiento. Además, otros acusados, como el exseleccionador nacional Jorge Vilda y directivos cercanos a Rubiales, estaban implicados bajo la acusación de coaccionar a Hermoso para que declarase que el beso fue consensuado. A pesar de estos señalamientos, el juez José Manuel Fernández-Prieto concluyó que no había pruebas suficientes para condenar por coacciones.
Este veredicto ha generado diversidad de opiniones en España y en el extranjero, con sectores que lo ven como un paso hacia la justicia, mientras otros consideran que quedó corta la condena.
Un beso que sacudió al fútbol español
El beso, que ocurrió frente a las cámaras tras la victoria de España en el Mundial Femenino de Sídney, desató una oleada de críticas y protestas. Hermoso aseguró repetidamente que no dio su consentimiento. Por su parte, Rubiales insistió en que había sido un gesto consensuado, incluso calificándolo como un acto de “euforia”.
Las imágenes del incidente, que rápidamente se viralizaron, desencadenaron un intenso debate sobre el acoso sexual y el tratamiento hacia las mujeres en el deporte. Este evento también provocó un cambio sin precedentes dentro de la RFEF, con la dimisión de Rubiales entre fuertes presiones mediáticas y sociales.
Repercusiones a nivel legal y cultural
El juicio, que duró nueve días, fue seguido con atención tanto por los medios como por el público en general. Durante el juicio, las declaraciones de Rubiales y Hermoso ofrecieron versiones opuestas de lo que ocurrió. Esto puso en el centro del debate la cuestión del consentimiento y cómo debe abordarse legalmente.
El fallo, que impone un pago diario de 20 euros durante 18 meses (sumando un total de aproximadamente 10,800 euros en multas), ha sido blanco de críticas por su aparente “lenidad”. Por otro lado, algunos sectores creen que marca un hito para poner límites claros al comportamiento inadecuado en posiciones de poder. La orden de no acercamiento o comunicación, aunque breve, también se considera un componente significativo de la sentencia.
Contexto e implicaciones futuras
Este caso no solo afecta a Rubiales y Hermoso, sino que se ha convertido en un símbolo de las demandas de igualdad y respeto en el deporte. Muchos expertos coinciden en que este juicio representa un momento decisivo para evaluar cómo la sociedad responde a temas de género y abuso de poder.
Además, este incidente expuso problemas culturales dentro del fútbol español, obligando a la federación y a otros organismos a tomar medidas concretas. Desde entonces, han surgido movimientos de apoyo a futbolistas femeninas, quienes se han unido para exigir un entorno más seguro y profesional.
La condena de Rubiales muestra que incluso las personas en posiciones de poder no están exentas de ley y responsabilidad. Sin embargo, el debate sobre si la condena fue suficiente sigue siendo vigente. Más allá del resultado, este caso ha abierto una conversación necesaria sobre el respeto, el consentimiento y la igualdad de género que va más allá del mundo del deporte.
