Se compromete por Internet con un hombre que terminó siendo una mujer desde el principio
Imagina llevar años chateando con una persona, establecer una relación romántica y al final darte cuenta de que no es quien tú pensabas.
Hoy en día muchas personas han depositado gran parte de sus esperanzas amorosas en el mundo virtual. Sin embargo, hay quienes aprovechan la ‘libertad’ de la web para fingir identidades, usurpar a famosos, cometer grandes estafas, entre otras tantas acciones que se consideran un ‘ciberdelito’.
A pesar de que las redes sociales y las aplicaciones de citas han brindado muchas oportunidades para encontrar a la persona ideal, no siempre el resultado es igual en todos los casos, ya que esta ventaja ha sido estropeada por usuarios que, escudados en un correo electrónico, una fotografía y un nombre falso, desarrollan tramas de engaño y juegan con los sentimientos de otros.
De igual manera, todos hemos llegado a escuchar muchas historias de monstruos y almas rotas a lo largo de los años, y estas deberían ser suficientes para alertar a aquellos que empiezan a buscar citas por internet. Sin embargo, no hay que engañarse, la curiosidad muchas veces puede más y, cuando el corazón está al mando, ninguna duda o sospecha legítima parece tan importante en comparación con lo que uno siente.
La historia de la que hablaremos hoy la protagoniza una mujer de España, la cual fue traicionada y engañada por la persona en la que había decidido confiar, aunque solo fuera virtualmente, convirtiéndose en víctima de una estafa emocional.
Creyó que era un hombre pero acabó siendo una mujer
Tal vez, si todo hubiese pasado de otra forma, la historia de Annamaría y «Valentín» habría terminado siendo como un cuento de hadas con final feliz. Esta pareja se conoció por medio de la red social de Facebook, casi por casualidad, aquel día hacía muchos años.
El supuesto hombre afirmó tener 30 años, al igual que estar viviendo en Turín y trabajar en la Policía bajo el puesto de comisario. En su perfil personal solo se podía observar una fotografía, pero para ella eso era suficiente para confiar.
Valentino y Annamaria comenzaron a charlar, y la increíble química y conexión que se había formado se convirtió en algo más que una simple amistad. Dialogaban todos los días, se enviaban mensajes a menudo y pasaban horas al teléfono compartiendo su vida diaria.
Una señal clara pero ignorada
La voz de este hombre era delicada y armoniosa, y le recordaba a a la de una mujer, pero Annamaria nos revela la supuesta razón: el timbre de su voz había cambiado luego de una operación para extirparle un tumor que se le formó en la garganta. La mujer, confiada, creyó en su historia; después de todo, ¿Por qué no iba a hacerlo?
Ambas personas seguían en contacto, chateando y escuchándose, pasó el tiempo y los días se convirtieron en meses y los meses en años. La relación, a pesar de que seguía siendo virtual, iba surgiendo y en ella se iban creando nuevos y reales sentimientos, al menos los alimentados por la mujer.
Un día, por azares de la vida, navegando en la misma red social en donde se había conocido con su «verdadero amor», Annamaria ve una foto de su Valentino. Efectivamente, era él, pero su verdadero nombre era Emanuele, no era policía y además estaba casado. En resumen, era una persona completamente diferente a la que ella conocía.
Debido a esta inesperada situación, Annamaria decide entonces comenzar una investigación, y pronto sus terribles sospechas se convierten en una amarga verdad. Valentino nunca existió, sino que llevaba años manteniendo una relación con otra mujer de 53 años.
La mujer española pudo elegir pasar su dolor encerrada, sintiéndose frustrada por haber sido engañada y defraudada. Sin embargo, Annamaria no lo hizo y optó por llevar a su falso «novio» ante un juez y después de años llegó la condena.
¿Qué se determinó en la condena?
Ahora, la joven mujer puede por fin cerrar este capítulo y dejarlo atrás. El romance online, que duró más de dos años, terminó en los últimos días con la condena de la mujer que la había engañado, a quien el Tribunal condenó a seis meses de prisión por sustitución de persona con fines de gratificación sexual.