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Salud

¿Se deben o no tomar hormonas durante la menopausia?

La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres que marca el fin de su período menstrual y la disminución de la producción de hormonas femeninas como el estrógeno y la progesterona. Durante este periodo, muchas mujeres experimentan síntomas incómodos como sofocos, sequedad vaginal y cambios de humor. Para aliviar estos síntomas, algunos profesionales de la salud recomiendan la terapia hormonal de reemplazo (THR), también conocida como terapia de reemplazo hormonal (TRH) o terapia de reemplazo de estrógenos (TRE). Sin embargo, esta opción de tratamiento ha sido objeto de debate durante años debido a los posibles riesgos para la salud.

¿Qué es la terapia hormonal de reemplazo (THR)?

La terapia hormonal de reemplazo (THR) es un tratamiento médico que se utiliza para reemplazar los niveles disminuidos de hormonas femeninas, principalmente el estrógeno y la progesterona, durante la menopausia. Existen dos tipos principales de THR:

Terapia con estrógeno sistémico: consiste en la administración de estrógeno a través de pastillas, parches, geles o cremas que se absorben en todo el cuerpo. Generalmente se utiliza para tratar los síntomas generalizados de la menopausia, como los sofocos y la sequedad vaginal.

Terapia con estrógeno vaginal de baja dosis: implica el uso de preparaciones vaginales de estrógeno, como cremas, comprimidos o anillos, que se aplican directamente en la vagina. Esto se enfoca principalmente en aliviar los síntomas vaginales y urinarios relacionados con la menopausia.

Si la mujer aún tiene el útero, normalmente se le receta estrógeno junto con progesterona o progestina (un medicamento similar a la progesterona). Esto se debe a que el estrógeno solo puede aumentar el riesgo de cáncer de endometrio (útero) si no se equilibra con la progesterona.

Beneficios potenciales de la terapia hormonal

La terapia hormonal de reemplazo se ha asociado con varios beneficios potenciales para las mujeres durante la menopausia:

Alivio de los síntomas menopáusicos

La THR ha demostrado ser eficaz para aliviar los síntomas molestos de la menopausia, como:

Sofocos y sudores nocturnos: los estrógenos sistémicos son el tratamiento más efectivo para reducir estos incómodos episodios.

Sequedad vaginal y dolor durante las relaciones sexuales: los estrógenos vaginales de baja dosis pueden ayudar a aliviar estos problemas.

Protección contra la pérdida ósea

Los estrógenos, ya sea en forma sistémica o combinada con progesterona, pueden ayudar a prevenir la pérdida de masa ósea y reducir el riesgo de fracturas en mujeres posmenopáusicas. Esto es importante para prevenir la osteoporosis.

Posible reducción del riesgo de cáncer de mama

Algunos estudios han sugerido que el uso de estrógeno solo podría disminuir el riesgo de cáncer de mama y reducir la mortalidad por esta enfermedad. Sin embargo, los resultados no son concluyentes y se necesita más investigación.

Riesgos potenciales de la terapia hormonal

Si bien la terapia hormonal de reemplazo puede ofrecer beneficios, también se ha asociado con ciertos riesgos para la salud, que dependen de factores como el tipo de terapia, la dosis y la duración del tratamiento, así como los antecedentes médicos de la mujer.

Enfermedades cardiovasculares

El uso de THR, tanto con estrógeno solo como con estrógeno y progesterona, se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y coágulos sanguíneos.

Lee también:

Cáncer de mama

Algunos estudios han vinculado el uso a largo plazo de estrógeno con progesterona con un aumento del riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, el riesgo parece ser menor con el uso de estrógeno solo.

Cáncer de endometrio

El estrógeno solo, cuando no se equilibra con la progesterona, puede aumentar el riesgo de cáncer de endometrio (útero) en mujeres que aún tienen el útero.

Deterioro cognitivo y demencia

Algunos estudios han sugerido que la THR, tanto con estrógeno solo como con estrógeno y progesterona, podría aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia en mujeres mayores de 65 años.

Foto Freepik

¿Quién debería considerar la terapia hormonal?

La terapia hormonal de reemplazo puede ser una opción adecuada para algunas mujeres, especialmente si:

Tienen síntomas menopáusicos moderados a severos: la THR sistémica sigue siendo el tratamiento más efectivo para aliviar los incómodos sofocos y sudores nocturnos.

Tienen problemas vaginales y urinarios: los estrógenos vaginales de baja dosis pueden ayudar a mejorar la sequedad vaginal y el dolor durante las relaciones sexuales.

Necesitan prevenir la pérdida ósea y las fracturas: los estrógenos, ya sea solo o combinados con progesterona, pueden proteger contra la osteoporosis.

Tienen una menopausia prematura o deficiencia de estrógenos: la THR puede ayudar a reducir el riesgo de problemas de salud a largo plazo.

Sin embargo, la terapia hormonal no es adecuada para todas las mujeres. Aquellas con antecedentes de cáncer de mama, coágulos sanguíneos, enfermedades del hígado o accidentes cerebrovasculares suelen ser desaconsejadas para este tratamiento.

Minimizar los riesgos de la terapia hormonal

Si una mujer decide optar por la terapia hormonal de reemplazo, es importante que trabaje estrechamente con su médico para encontrar la dosis y forma de administración más adecuadas a su situación particular. Algunas estrategias para reducir los riesgos incluyen:

Elegir el método de administración más apropiado: las preparaciones vaginales de baja dosis de estrógeno suelen tener menos efectos sistémicos que las pastillas o parches.

Utilizar la dosis mínima eficaz y por el menor tiempo posible: esto ayuda a minimizar la exposición a las hormonas.

Realizar controles médicos periódicos: es crucial que la mujer se someta a exámenes y evaluaciones regulares para monitorear los efectos de la terapia.

Adoptar un estilo de vida saludable: mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regular, controlar el peso y no fumar pueden ayudar a reducir los riesgos.

Alternativas a la terapia hormonal

Para las mujeres que no pueden o no desean tomar terapia hormonal, existen otras opciones para aliviar los síntomas de la menopausia:

Tratamientos no hormonales

Medicamentos sin hormonas: la FDA ha aprobado algunos fármacos no hormonales, como el fezolinetant, la paroxetina y el ospemifeno, para tratar los sofocos y el dolor durante las relaciones sexuales.

Terapias complementarias: algunas mujeres han encontrado alivio en técnicas como la terapia cognitivo-conductual, la acupuntura y los suplementos a base de fitoestrógenos, aunque su eficacia y seguridad a largo plazo aún se están estudiando.

Cambios en el estilo de vida

Alimentación y actividad física: seguir una dieta rica en calcio y vitamina D, y practicar ejercicio regular, pueden ayudar a mantener la salud ósea.

Manejo de síntomas: estrategias como vestir ropa fresca, evitar desencadenantes de sofocos y practicar técnicas de relajación pueden aliviar algunos síntomas.

Es importante que las mujeres hablen con sus médicos para encontrar la mejor opción de tratamiento, ya sea hormonal o no hormonal, que se adapte a sus necesidades y preferencias individuales.

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Dany Levito

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