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Sexo y relaciones

Sexo oral sin protección: ¿Cuáles son los riesgos?

El sexo oral es una práctica común en la vida íntima de muchas personas alrededor del mundo. Sin embargo, aunque suele considerarse más seguro que otras formas de contacto sexual, también implica ciertos riesgos para la salud. ¿Sabías que esta práctica puede ser una vía de transmisión para varias infecciones de transmisión sexual (ITS)?

¿Qué infecciones pueden transmitirse con el sexo oral?

Aunque el sexo oral no genera las mismas probabilidades de transmisión de infecciones que el sexo vaginal o anal, aún puede propiciar riesgos significativos, porque algunas ITS pueden trasladarse a través de fluidos corporales o por contacto entre mucosas. Entre las infecciones más frecuentes asociadas a esta práctica están:

  • Herpes simple (HSV-1 y HSV-2): aunque HSV-1 suele estar relacionado con el herpes oral y HSV-2 con el genital, ambos pueden transmitirse mutuamente a través del sexo oral.
  • Virus del Papiloma Humano (VPH): una de las ITS más comunes, que puede derivar no solo en verrugas genitales, sino también en riesgos de cáncer oral si no se trata adecuadamente.
  • Gonorrea: esta bacteria puede infectar la garganta causando molestias para tragar o inflamación, y si no se trata, podría generar complicaciones más serias.
  • Clamidia: aunque menos frecuente, puede afectar la garganta y propagarse a otras áreas si no se detecta.
  • Sífilis: esta infección bacteriana puede empezar con llagas en la boca, lo que aumenta las posibilidades de transmisión al realizar sexo oral.
  • Hepatitis B y C: estos virus pueden transmitirse a través del contacto con sangre o fluidos corporales infectados.

La lista no termina aquí. Infecciones como E. coli, tricomoniasis o incluso parásitos intestinales también pueden transmitirse, sobre todo en prácticas como el anilingus.

Factores que incrementan el riesgo

Hay ciertos elementos que pueden aumentar la probabilidad de infección durante el sexo oral, como:

  • Heridas o inflamaciones en la boca o garganta: si tienes llagas, cortes, aftas o encías sangrantes, los riesgos de transmisión son mayores.
  • Presencia de otras ITS: si tú o tu pareja tienen infecciones activas en áreas genitales u orales, la probabilidad de contagio se eleva significativamente.
  • Multitud de parejas sexuales: las relaciones ocasionales y frecuentes sin protección con distintas personas incrementan exponencialmente el riesgo.
  • Eyaculación durante el sexo oral: cuando esta ocurre sin protección, se remarca la exposición directa a fluidos infectados.
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Además, es importante tener en cuenta que las ITS a menudo son asintomáticas, lo que significa que una persona puede transmitirlas sin saber que las posee.

¿Es más seguro que otras formas de sexo?

La percepción común es que el sexo oral no protegido es menos riesgoso que el sexo vaginal o anal. Esto es cierto en algunos casos, pero no elimina el peligro completamente. Por ejemplo, la transmisión del VIH a través del sexo oral es menos probable que en el sexo anal, pero factores como heridas abiertas en la boca o altas cargas virales podrían convertirlo en una vía de transmisión.

Asimismo, las investigaciones sobre el riesgo exacto de contraer infecciones como la gonorrea o la clamidia durante el sexo oral son limitadas, lo cual dificulta evaluar el grado de seguridad de esta práctica. Por lo tanto, asumir que es “totalmente seguro” puede ser engañoso.

Foto Freepik

Estrategias para reducir los riesgos

Si eliges practicar sexo oral, hay maneras de proteger tu salud y la de tus parejas. Aquí tienes algunos consejos efectivos:

  • Uso de barreras protectoras: utilizar preservativos de látex durante la felación o láminas de látex (dental dams) para el cunnilingus y el anilingus puede reducir significativamente el contacto directo con fluidos corporales infectados.
  • Vacunas disponibles: la vacunación contra el VPH y la hepatitis B es una herramienta valiosa para prevenir algunas de las infecciones más comunes.
  • Mantén una buena higiene: asegúrate de cepillarte los dientes suavemente y evita provocar heridas en la boca justo antes de cualquier contacto oral. Las encías dañadas o sangrantes son una vía fácil para las infecciones.
  • Practica la comunicación: habla abiertamente con tus parejas sexuales sobre su historial de ITS y mantente al día con pruebas regulares.
  • Evita el sexo oral si detectas síntomas: si tú o tu pareja tienen llagas visibles, enrojecimiento o cualquier otro signo de infección activa, es mejor abstenerse hasta recibir tratamiento.

¿Qué hacer si tuviste sexo oral no protegido?

Si has tenido sexo oral sin protección y te preocupa haber estado expuesto(a) a infecciones, es importante dar algunos pasos clave. Considera realizártelas siguientes pruebas en un centro de salud:

  • Exámenes para ITS como VIH, gonorrea, clamidia y sífilis.
  • Revisión de tu cavidad oral para detectar posibles infecciones en etapa temprana.

Recuerda, un diagnóstico temprano no solo ayuda a evitar complicaciones, sino que también previene la propagación involuntaria de enfermedades.

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Veronica Pereira

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