Si el PIN de tu tarjeta bancaria está en esta lista, cámbialo inmediatamente

Las tarjetas bancarias hacen la vida más fácil, porque nos acompañan al supermercado, nos salvan en compras online y nos permiten controlar el gasto con solo cuatro dígitos: el código PIN. Pero aquí es donde muchos bajan la guardia y eligen un código secreto fácil de recordar que puede ser una trampa peligrosa.
Las personas suelen elegir secuencias simples por costumbre o por miedo a olvidar el número. El problema es que esos números fáciles de recordar también son fáciles de adivinar para cualquiera que quiera acceder a tu dinero. Códigos como “1234” o “0000” son los primeros que prueba un delincuente. Si tu PIN aparece en la lista de los más usados, se convierte en una puerta abierta a tus cuentas.
Un código PIN es como la cerradura de tu casa y si todos usan la misma llave, cualquiera puede entrar. Hay cifras, fechas o patrones que destacan por lo predecibles que son y, cuanto más evidente es el número, más vulnerable estás.
La lista negra de los códigos PIN más usados
Aunque no existen listas públicas oficiales, estudios en seguridad digital y reportes de bancos revelan que hay una serie de códigos que se repiten tanto que representan un auténtico riesgo. Entre los más comunes están:
- 1234
- 0000
- 1111
- 1212
- 7777
- 1004
- 2000
- 4444
- 2222
- 6969
Estas combinaciones no solo son las favoritas en el banco, sino que aparecen con frecuencia en registros filtrados tras robos o hackeos. Sorprende cuánta gente prefiere un PIN fácil para no olvidarlo, sin pensar en las consecuencias.
Recuerda que si tu código secreto es uno de estos, cámbialo cuanto antes. No uses repeticiones o secuencias sencillas. Evita también fechas de nacimiento o números que tengan relación directa con tus datos personales.
El problema de usar datos personales
Muchas personas creen que usar la fecha de nacimiento, el año de algún acontecimiento importante o incluso los últimos números del teléfono es seguro porque solo ellos los conocen y es un error frecuente. Hoy es sencillo conseguir datos personales; las redes sociales y las bases de datos filtradas han hecho que mucha información sea accesible a cualquiera.
Si tu PIN es 1984 (tu año de nacimiento) o 2612 (día y mes de tu cumpleaños), alguien que te conozca o tenga acceso a tu información puede probar estas opciones. No subestimes el ingenio de quienes buscan acceso a tus cuentas.

Cómo elegir un buen código secreto
Un PIN fuerte y seguro no tiene ninguna relación obvia con tus datos ni repite patrones simples. Pero tampoco debe ser tan difícil que termines apuntándolo en un papel. Un buen equilibrio entre memoria y seguridad es clave.
Un buen PIN:
- No repite dígitos.
- No sigue una secuencia numérica ascendente o descendente.
- No está vinculado a fechas personales.
- No copia los códigos estándares de alarmas, seguros o sistemas de acceso masivos.
Por ejemplo, en vez de hacer “2468” o “1111”, se puede mezclar dígitos sin sentido aparente para nadie más que para ti. Puedes pensar en una fecha significativa solo para ti (como el aniversario de un viaje, pero sumando números, restando o desplazando cifras en vez de usarla tal cual).
Asocia el número con un recuerdo, pero sin que sea obvio. Así te aseguras de no olvidarlo y de minimizar el riesgo.
Qué hacer si necesitas cambiar tu PIN
Si al leer esto descubres que tu PIN no es seguro, cambiarlo es un proceso rápido porque casi todos los bancos permiten cambiar el código en cajeros automáticos, desde la app del banco o acudiendo a una sucursal. Revisa las instrucciones de tu entidad financiera, ya que algunas pueden pedirte confirmación de identidad con DNI o a través de su plataforma online.
No es necesario esperar a que tu tarjeta se bloquee por intentos fallidos o por un robo. Al sentir que tu número puede ser inseguro, cámbialo cuanto antes. Tomar esta decisión a tiempo es la diferencia entre evitar un susto y lamentar pérdidas económicas.