Siete consejos útiles para quitar el hipo
El hipo está causado por repetidas contracciones espasmódicas involuntarias en el diafragma
Aguantar la respiración
Para detener un ataque de hipo, muchas veces es necesario aumentar el nivel de dióxido de carbono presente en la sangre. Para ello, lo que debes hacer es inhalar profundamente por la nariz, mantener la respiración durante unos segundos y exhalar lentamente por la boca. A continuación, una vez que los pulmones ya se encuentran vacíos, respira profundamente de nuevo y sopla como si fueras a apagar una vela. Este es uno de los consejos más discretos que han demostrado ser útiles y que no requiere de ningún equipo.
Sube las rodillas hasta el pecho
Túmbate de espaldas y lleva tus rodillas a la altura del pecho para comprimir el diafragma, el principal músculo respiratorio que se encuentra situado entre el tórax y el abdomen, justo debajo de los pulmones. Si tratas de mantenerte en esta posición durante unos cuantos segundos, el diafragma debería dejar de contraerse. Este consejo resulta muy eficaz y puedes pedir ayuda a tu pareja o a un amigo que te masajee la espalda con fuerza, especialmente en la zona de los omóplatos.
Derretir azúcar en la lengua
Dejar que un poco de azúcar se derrita en la lengua estimula el nervio vago, que actúa sobre la secreción gástrica y las cuerdas bucales. Este desequilibrio por la ingesta de azúcar se concentra menos en el diafragma. Con un poco de paciencia, el hipo no debería durar mucho una vez ingerido el azúcar. En caso de que el hipo persista, se puede añadir vinagre de vino o zumo de limón al azúcar para obtener un efecto potenciado.
Taparse los oídos
Para detener este reflejo del campo ventilatorio, puedes taparte los oídos con los dedos índices durante varios segundos, esto funciona debido a que algunos de los nervios responsables del hipo están conectados a los oídos. Otro método que ha demostrado funcionar, consiste en pellizcarse la nariz y soplar ligeramente como si se tratara de desatascar los oídos.
Aprieta tus globos oculares
Ejercer un poco de presión sobre los globos oculares usando las yemas de los dedos ralentiza el ritmo cardíaco, estimulando así el nervio frénico, el cual se encuentra situado entre el cuello y el tórax y es responsable de la alimentación nerviosa del diafragma.
Coloca un cubo de hielo en tu ombligo
Para detener las contracciones espasmódicas involuntarias, muchos han llegado a recomendar el tumbarse de espaldas y poner unos cubitos de hielo alrededor del ombligo, una parte del cuerpo que se encuentra conectada al diafragma y al nervio frénico.
Beber un vaso de agua al revés
Este es uno de los consejos más tradicionales. Beber un vaso de agua conteniendo la respiración e inclinándose hacia delante también puede ser eficaz para algunos casos. Algunos consideran que esta posición llega a apretar el diafragma al punto en que el dióxido de carbono no se escape.
Por último, algunos de los consejos que entregan las personas de la tercera edad dicen que pensar en lo que comiste anteayer a mediodía también te ayudaría a eliminar el hipo, además, también lo sería atarse los cordones de los zapatos sin doblar las rodillas, que tengamos un buen susto o colocar un pequeño pedazo de hilo mojado con saliva en el centro de la frente. Este último es especialmente útil para quitar el hipo en los bebés.