Un hombre es despedido tras cargar 68 comidas y 3.000 € en gasolina a la empresa: 27 años sin indemnización

El despido de un director comercial de Pescanova, con casi tres décadas de trayectoria en la compañía, ha causado revuelo al evidenciar el rigor de las empresas frente a irregularidades en los gastos corporativos. Este caso, respaldado por una sentencia del Tribunal Supremo, destaca la importancia de la confianza y la ética en entornos laborales.
¿Qué llevó al despido disciplinario?
El conflicto inició tras una auditoría interna realizada en 2022 por Pescanova, la cual reveló irregularidades graves en los gastos del director comercial. Entre las anomalías detectadas, destacan cargos indebidos en combustible, comidas y peajes. En total, los reportes fraudulentos ascendían a más de 3.000 euros en gasolina y costes adicionales como estacionamientos los fines de semana.
Uno de los puntos más críticos fue el registro de 68 comidas grupales durante un período de ocho meses. Cuarenta y dos de estos encuentros se llevaron a cabo en un restaurante cercano a la vivienda del trabajador, con un promedio de más de 30 euros por persona. Además, muchas de estas reuniones incluían asistentes ajenos a la empresa, como amigos personales del director, lo que dejaba en evidencia usos inapropiados de los recursos corporativos.
La respuesta de la empresa y el procedimiento judicial
Pescanova inició un expediente disciplinario el 16 de febrero de 2022, notificando el despido disciplinario dos días después. Desde un inicio, la empresa enfatizó que las acciones del director violaban la buena fe contractual, siendo incompatibles con la confianza que su posición requería.
El empleado, por su parte, optó por impugnar la decisión en diferentes instancias judiciales. Primero ante un juzgado de lo Social en Vigo, seguidamente en el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, y finalmente recurrió al Tribunal Supremo. Sin embargo, todas las resoluciones concluyeron que el despido era procedente, al considerar las irregularidades como una falta grave.
La postura del Tribunal Supremo
El Tribunal Supremo reafirmó la validez de la decisión empresarial, argumentando que el abuso de confianza fue sistemático y reiterado. No solo rechazó la defensa del despedido, quien señalaba prescripción de las faltas y tolerancia previa de la empresa, sino también destacó la gravedad de las acciones debido a la posición de responsabilidad ocupada.
Según la corte, las infracciones se realizaron durante diferentes etapas y tipos de gastos, dejando sin lugar la teoría de un caso aislado. Además, subrayaron que la prescripción no había comenzado, ya que las faltas solo pudieron detectarse tras la auditoría interna que reveló el alcance del fraude.
Aunque el trabajador intentó justificar sus gastos como habituales y previamente conocidos por la empresa, el Tribunal Supremo señaló que, dada la ocultación deliberada, las faltas no podían interpretarse con la misma indulgencia que otros precedentes legales.

¿Por qué este fallo es relevante?
El caso establece un precedente importante para las empresas sobre cómo abordar irregularidades en el uso de recursos corporativos. Más allá de las cifras involucradas, la sentencia refleja que incluso empleados con muchos años de servicio pueden enfrentar consecuencias severas si vulneran la confianza de manera significativa.
Este tipo de casos también sirve como advertencia para quienes ocupan cargos directivos. Tener acceso a presupuestos corporativos implica responsabilidades éticas y legales estrictas. El abuso de estas facultades no solo genera pérdidas económicas, sino que también erosiona la relación de confianza fundamental en la estructura organizativa.
Lecciones para trabajadores y empresas
Si bien pocos casos alcanzan este nivel de visibilidad, el despido de este director recalca algunas lecciones claves para el ámbito laboral:
Transparencia en los gastos: los informes de gastos deben ser verificables y alineados con la actividad laboral. Intentar encubrir movimientos financieros irregulares genera riesgos legales para los empleados.
Tolerancia y precedentes: aunque una empresa puede no actuar ante ciertas conductas en el pasado, eso no es sinónimo de tolerancia continua. Las auditorías o cambios de políticas pueden exponer eventuales irregularidades.
Auditorías frecuentes: para las empresas, este caso subraya la importancia de implementar mecanismos de control sobre los gastos corporativos, asegurando que se destinan correctamente al desarrollo del negocio.
La historia de este despido muestra cómo incluso empleados de alta jerarquía están sujetos a las normas y reglas empresariales. El Tribunal Supremo dejó claro que el abuso de confianza no tiene cabida, y acciones como estas pueden comprometer no solo la estabilidad de un puesto, sino también el legado de toda una carrera profesional.
Las relaciones laborales basadas en la transparencia y el cumplimiento ético son esenciales para evitar casos similares en el futuro, beneficiando tanto a trabajadores como a las organizaciones.