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Estilo de vida

Un médico de 101 años, que trabajó hasta los 85, reveló sus tres secretos de longevidad, incluyendo el consumo de sardinas

La longevidad ha fascinado a la humanidad a lo largo de la historia. Con el avance de la ciencia y la medicina, cada vez más personas buscan comprender cómo alcanzar una vida prolongada y saludable. Un caso notable es el de William, un médico británico que, a sus 101 años, ha compartido sus secretos para vivir una vida plena y activa. A lo largo de su vida, trabajó hasta los 85 años y ha mantenido hábitos que muchos consideran clave para su notable longevidad.

Mantenerse activo: el pilar de la longevidad

Desde su juventud, William ha enfatizado la relevancia de la actividad física en su vida. Antiguamente, nadaba de cuatro a cinco veces por semana, lo que le proporcionaba no solo un excelente ejercicio cardiovascular, sino también una forma de relajación y disfrute. Aunque ha disminuido la intensidad de su rutina, sigue ejercitándose diariamente.

William advierte sobre los peligros de la inactividad: “No permito que mi cuerpo se quede inmóvil”. Este enfoque proactivo hacia el ejercicio ha sido respaldado por su médico, quien menciona que la combinación de ejercicios aeróbicos y de resistencia es ideal para mantener la salud vascular y cerebral.

La ciencia respalda la afirmación de William sobre la importancia de mantenerse activo. Estudios recientes indican que incluso una rutina de 20 minutos de caminata diaria puede mejorar la esperanza de vida. Además, el ejercicio regular ayuda a:

Reducir el riesgo de enfermedades crónicas: como diabetes, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.

Mejorar la salud mental: la actividad física está vinculada a la reducción de la ansiedad y la depresión.

Aumentar la longevidad: las personas que se mantienen activas tienden a vivir más años y con mejor calidad de vida.

Foto Freepik

Alimentación saludable: el papel de las sardinas

Uno de los hábitos más destacados de William es su dieta, que incluye un consumo regular de sardinas desde que era niño. Este alimento, rico en nutrientes esenciales como potasio, hierro y calcio, ha sido un pilar en su alimentación.

Las sardinas son una excelente fuente de omega-3, que se ha asociado con la mejora de la salud cardiovascular y la reducción de la inflamación. Además, William también se asegura de preparar todas sus comidas en casa, lo que le permite evitar los alimentos ultraprocesados, que están relacionados con múltiples problemas de salud.

Para aquellos que buscan mejorar su salud a través de la alimentación, aquí hay algunos consejos que William ha practicado:

Incluir pescado en la dieta: al menos dos veces por semana, optando por opciones ricas en omega-3, como las sardinas.

Evitar los alimentos procesados: estos pueden aumentar el riesgo de enfermedades crónicas y afectar la salud en general.

Cocinar en casa: preparar las comidas permite controlar los ingredientes y promover una alimentación más saludable.

La importancia de la actividad profesional

William trabajó hasta los 85 años en diversos roles médicos, desde médico de atención primaria hasta psicoterapeuta. Esta diversidad en su carrera no solo le proporcionó satisfacción profesional, sino que también mantuvo su mente activa y comprometida.

Los expertos en envejecimiento saludable sugieren que mantener la mente ocupada es crucial para una longevidad saludable. Algunas estrategias incluyen participar en actividades voluntarias, desarrollar hobbies y mantener una vida social activa.

Genética y factores externos

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Aunque William ha sido meticuloso con sus hábitos de vida, reconoce que la genética también juega un papel importante en su longevidad. Sin embargo, tanto él como su equipo médico creen que los factores del estilo de vida son determinantes en su caso.

El apoyo del equipo médico en el Hospital Mount Sinai ha sido esencial para abordar cualquier problema de salud que surja. La atención geriátrica adecuada ha permitido que William viva de manera independiente y con calidad de vida.

La historia de William es un testimonio de que una vida activa, una alimentación saludable y un compromiso profesional pueden contribuir a una longevidad notable. A medida que la población mundial envejece, es fundamental aprender de aquellos que han alcanzado edades avanzadas con buena salud. Este tipo de vivencias no solo inspira a quienes buscan vivir más años, sino que también ofrece valiosas lecciones sobre cómo vivir esos años con calidad. La combinación de ejercicio, buena alimentación y un propósito claro puede ser la clave para una vida prolongada y satisfactoria.

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Dany Levito

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