Un periodista es herido tras probar un supuesto ‘chaleco antipuñaladas’
Al mostrar la capacidad del chaleco el reportero fue herido con un cuchillo
La seguridad es un tema crucial en el periodismo, especialmente en regiones donde los riesgos son altos. Pero, ¿qué sucede cuando las medidas de protección fallan? Este fue el caso de Eitam Lachover, un periodista israelí que probó un chaleco antipuñaladas en televisión… con resultados sorprendentes y dolorosos. Este incidente no solo levantó dudas sobre la eficacia del producto, sino que también dejó cuestionamientos sobre los límites del periodismo en vivo.
El inicio de una demostración que salió mal
Todo comenzó como una demostración para resaltar la tecnología detrás de un chaleco diseñado para proteger contra ataques con cuchillos. Durante un segmento del Canal 1 de Israel en 2016, Lachover se ofreció como voluntario para probar el chaleco. A su lado, Yaniv Montakyo, vicepresidente de la empresa fabricante, aseguraba que el producto estaba preparado para resistir ataques “incluso más fuertes”.
La tensión se sentía a través de la pantalla. Lachover dudó antes de continuar: “¿Vas a apuñalarme con esto?”, preguntó. La respuesta de Montakyo fue contundente: “No tienes nada de qué preocuparte, confía en nosotros”.
Pero la realidad fue otra.
Un falso sentido de seguridad
En un intento de demostrar la eficacia del chaleco, Montakyo atacó a Lachover con un cuchillo militar. La primera puñalada atravesó el chaleco, alcanzando la piel del periodista. Cuando esto ocurrió nuevamente en otro intento, quedó claro que algo estaba terriblemente mal.
El fallo fue atribuido a que el cuchillo impactó una parte del chaleco que no contenía la capa protectora adecuada. Sin embargo, el daño ya estaba hecho: Lachover terminó con una herida superficial que requirió varios puntos de sutura y atención médica. Afortunadamente, fue dado de alta el mismo día tras ser tratado en el hospital.
El periodista, a pesar del susto, trató de mantener un tono optimista al compartir el incidente en redes sociales: “Superficial, algunos puntos de sutura y ya estoy en casa. Gracias por la preocupación”. Aun así, el episodio dejó mucho que decir sobre los riesgos de estas demostraciones.
¿Son seguras estas pruebas en vivo?
Probar productos de seguridad, como chalecos antibalas o antipuñaladas, tiene un objetivo noble: mostrar su efectividad en situaciones reales. Sin embargo, este caso demostró lo peligroso que puede ser realizar estas pruebas en vivo, sin los protocolos adecuados y fuera de ambientes controlados.
Aunque los fabricantes confían en sus productos, los errores humanos —o defectos de diseño y ensamblaje— pueden convertir una prueba en un accidente. Por ello, es esencial que estas demostraciones consideren sistemas de simulación o métodos alternativos para evitar poner en riesgo a las personas involucradas.
El chaleco: ¿Una segunda oportunidad?
A pesar del incidente, la empresa detrás del chaleco antipuñaladas continuó defendiendo su producto. Alegaron que el fallo se debió a un error específico en el diseño del chaleco probado y aseguraron que los modelos mejorados ya estaban en proceso de fabricación.
Pero el daño a su reputación ya estaba hecho. Las imágenes del ataque accidental circularon rápidamente en redes sociales, convirtiéndose en un recordatorio para todos los usuarios de que no existe equipo completamente infalible.
Aprender del error
Este incidente pone sobre la mesa temas clave que no deben ser ignorados. Primero, recalca la importancia de las pruebas exhaustivas en entornos seguros antes de lanzar un producto de esta naturaleza. En segundo lugar, resalta la necesidad de priorizar la seguridad del personal en todo tipo de demostraciones.