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Estilo de vida

Una madre de tres hijos muere de cáncer solo cuatro meses después de un diagnóstico erróneo

Laura comenzó a experimentar síntomas preocupantes a finales de octubre, cuando notó sangre en sus heces buscó atención médica, pero su camino hacia un diagnóstico acertado fue tortuoso.

A pesar de su experiencia en un entorno hospitalario, donde trabajaba, Laura encontró obstáculos significativos para obtener una cita presencial. Su médico de cabecera, tras una consulta telefónica, le aseguró que probablemente se trataba de endometriosis, lo que la llevó a una falsa sensación de seguridad.

A medida que pasaban las semanas, la salud de Laura continuó deteriorándose. En diciembre, su condición se volvió crítica, lo que la llevó a visitar un centro de atención urgente. Allí, recibió morfina, pero los médicos le informaron que no podían hacer más, ya que su médico de cabecera estaba tratando su caso.

La búsqueda de diagnóstico

Finalmente, en enero, logró hacerse una ecografía y una tomografía computarizada, que revelaron lesiones en su hígado. Este descubrimiento marcó un punto de inflexión en su tratamiento, ya que fue colocada en un camino de investigación de dos semanas que incluía más pruebas diagnósticas.

Durante una visita al hospital con su hermana, Laura recibió la devastadora noticia de que tenía cáncer. El momento fue desgarrador, y su esposo, Michael, recordó cómo su hermana se apresuró a contactarlo para que estuviera presente en el hospital.

La reacción de la familia

Foto Freepik

La noticia del diagnóstico dejó a la familia en estado de shock. Michael expresó su frustración y enojo por la falta de atención que recibió Laura, ya que sentía que el sistema de salud había fallado en su deber de proporcionar un diagnóstico oportuno. Aferrándose a la esperanza, la familia de Laura luchó para que la trasladaran a una sala de oncología. A pesar de la adversidad, buscaron respuestas y apoyo en el sistema de salud.

A pesar de la gravedad de la situación, la familia decidió seguir adelante con un viaje que habían planeado con anticipación. El viaje a Centre Parcs, que había sido programado un año antes, se convirtió en un momento agridulce. Aunque llevaron una silla de ruedas y morfina para Laura, intentaron disfrutar de lo que podría ser su último viaje juntos. Durante esa escapada, la familia se esforzó por crear recuerdos felices. Michael compartió cómo, a pesar de las circunstancias, lograron disfrutar de momentos de alegría.

Desafortunadamente, la salud de Laura continuó deteriorándose rápidamente tras su regreso del viaje. Pocos días después de regresar, la condición de Laura se volvió crítica. Michael se vio abrumado, pidiendo ayuda a su familia para cuidar de ella.

Laura falleció el 5 de febrero, solo unos días después de recibir el diagnóstico. La pérdida fue devastadora para Michael y sus hijos, quienes se sintieron robados de los momentos que debieron compartir juntos.

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Veronica Pereira

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