¿Alguna información? ¿Necesitas contactar al equipo editorial? Envía tus correos electrónicos a [email protected] o ve a nuestro formulario.
Insólito

Una pareja es condenada por enterrar a su bebé muerto en el jardín creyendo que “reencarnaría”

Hace tan solo unos días, un caso particularmente impactante sacudió al Reino Unido. Un matrimonio fue condenado por enterrar el cuerpo sin vida de su bebé en el jardín de su casa con la creencia de que este podría reencarnar.

Un entorno de aislamiento total

La familia vivía completamente separada de la sociedad, en una especie de autarquía que les alejaba de los servicios básicos de cuidado y salud. Según los informes, el bebé, llamado Abiyah, falleció en 2020 debido a problemas de salud serios. Pese al fallecimiento, sus padres optaron por no reportar la muerte a las autoridades ni buscar asesoramiento médico adecuado.

El caso se descubrió dos años después, en circunstancias escalofriantes. El cuerpo de Abiyah fue hallado enterrado en el jardín familiar. Las investigaciones revelaron signos claros de malnutrición severa, fracturas y enfermedades respiratorias que, de haber sido tratadas a tiempo, podrían haber tenido resultados diferentes.

Creencias y sus consecuencias en las decisiones

Los padres del menor tenían firmes creencias sobre la reencarnación, lo que influyó en su decisión de enterrar clandestinamente el cuerpo de su hijo. Pensaban que al realizar este acto, el bebé podría “volver a nacer” en algún momento.

Estas creencias desconectadas de la realidad, unidas al aislamiento extremo de la pareja, plantean preguntas sobre cómo las culturas, ideologías y religiones pueden impactar profundamente en decisiones tan críticas como la salud familiar o el manejo de la muerte.

Condena ejemplar en los tribunales

La justicia británica actuó severamente al respecto. Tras un juicio, el hombre fue sentenciado a 24 años y la mujer a 19 años de prisión por cargos relacionados con negligencia severa y ocultamiento de la muerte de Abiyah.

Freepik

Este fallo deja claro un mensaje, que incluso en sociedades con libertades de creencias, no se debe anteponer principios personales que comprometan derechos humanos básicos, como el acceso a una vida digna y a los servicios de salud.

El caso ha dejado al Reino Unido y más allá en un estado de incomodidad. ¿Hasta qué punto puede permitirse que personas vivan fuera del radar del sistema, especialmente cuando hay menores involucrados? Se abre un debate ético importante sobre los límites entre respetar la privacidad y garantizar seguridad básica para los más vulnerables.

Además, destaca el problema de la falta de intervención estatal en familias que por diversas razones optan por aislarse de la sociedad, lo que puede llevar a situaciones de riesgo como esta.

Es esencial que los sistemas de bienestar social funcionen en todos los niveles para prevenir tragedias similares. Las creencias personales, aunque respetadas, no deben ser motivo para el descuido o el sufrimiento de los más vulnerables.

La historia de este bebé y su familia plantea preguntas difíciles, pero necesarias, sobre cómo equilibrar la libertad personal con la responsabilidad social en el cuidado de quienes no pueden protegerse por sí mismos.

5/5 - (1 voto) ¿Le resultó útil este artículo?
Veronica Pereira

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *