¿Alguna información? ¿Necesitas contactar al equipo editorial? Envía tus correos electrónicos a [email protected] o ve a nuestro formulario.
Estilo de vida

Vivir con emetofobia: la historia de Alex y su lucha por superarse

Alex Sim-Wise, una madre de 43 años en el Reino Unido, enfrenta un desafío único que ha transformado radicalmente su vida. Su miedo irracional al vómito, conocido como emetofobia, no solo ha limitado su capacidad para disfrutar de actividades diarias, sino que también la ha llevado al borde del aislamiento social. Con su historia, queda claro que este trastorno es mucho más que un simple miedo; es una barrera constante en su día a día.

¿Qué es la emetofobia?

La emetofobia es el miedo extremo e irracional al vómito, a ver vomitar a otros o incluso a la sensación de náuseas. Aunque puede parecer un temor menor a simple vista, sus efectos pueden ser debilitantes, afectando la salud mental, la interacción social y la calidad de vida de quienes la padecen. Para personas como Alex, este miedo es algo que está presente las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Alex menciona que su fobia comenzó a desarrollarse cuando tenía solo 8 años. Si bien no logra identificar una causa específica, cree que podría estar relacionada con comportamientos aprendidos de sus padres, quienes también mostraban actitudes evitativas hacia el vómito.

El impacto en la vida cotidiana

El miedo de Alex no solo afecta sus pensamientos, sino también sus acciones y elecciones diarias. Con el tiempo, actividades que antes disfrutaba, como montar en montañas rusas o viajar en barco, se volvieron imposibles por el temor de enfrentarse a situaciones relacionadas con vómitos. Incluso asistir a bares o reuniones sociales es una lucha. En palabras de Alex: “A los 20 años, me di cuenta de que estaba haciendo una lista de cosas que no podía hacer, y seguía creciendo”.

Festividades como la Navidad o Año Nuevo, que para muchos son una época de alegría, son para ella fuentes de ansiedad extrema, debido al alto consumo de alimentos y alcohol que pueden originar malestares. Incluso cuidar de su hija de 10 años se vuelve complicado, ya que vive con el miedo de que pueda enfermarse mientras ella esté sola.

Foto Freepik

Estrategias y dificultades en el tratamiento

A pesar de haber buscado ayuda a través de sesiones de terapia, Alex explica que no ha encontrado una solución práctica que alivie completamente su ansiedad. La emetofobia, como describe, puede volverse particularmente difícil de tratar si alcanza niveles severos. No obstante, tiene esperanzas de mejorar gracias a un programa intensivo en un centro de tratamiento especializado.

El obstáculo, lamentablemente, es el costo, ya que Alex necesita recaudar 7.000 euro por semana durante al menos cinco o seis semanas para cubrir el tratamiento en una instalación privada. Para esto, inició una campaña en GoFundMe, dando un paso valiente al compartir su historia de forma pública. Aunque reconoce que no esperaba recurrir a un tipo de ayuda como esta, siente que es su última oportunidad para recuperar el control de su vida.

Las consecuencias mentales

A lo largo de su vida, Alex ha lidiado con crisis de salud mental derivadas de su fobia. En ocasiones, sus episodios de ansiedad e impotencia la han llevado a pensamientos suicidas, un grito de ayuda que ilustra cómo los trastornos específicos, como la emetofobia, pueden desencadenar un deterioro psicológico significativo. Afortunadamente, logró obtener apoyo de una organización benéfica que le brindó asistencia en momentos críticos. Sin embargo, sabe que necesita más ayuda profesional para avanzar.

¿Cómo romper el ciclo?

Los especialistas coinciden en que las terapias de exposición gradual, combinadas con estrategias cognitivo-conductuales, son algunas de las herramientas más eficaces. También resaltan la importancia de buscar apoyo temprano para evitar que el trastorno se agrave. Sin embargo, no siempre es tan sencillo para los afectados vencer las barreras del miedo inicial y acceder a espacios de ayuda.

En el caso de Alex, compartir su experiencia ha sido una forma de sensibilizar a otras personas sobre este trastorno y abrir una conversación pública. También refleja que cada paso hacia la recuperación, incluso uno tan vulnerable como iniciar una campaña de recaudación de fondos, es un progreso en la dirección correcta.

¿Le resultó útil este artículo?
Veronica Pereira

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *